ADICTAS A VOS

BUENA. FLOJÍSIMO TEXTO CON
ELENCO CONVOCANTE
Según
se sabe, Marcos Carnevale pergeñó esta historia de cinco mujeres varadas en un
aeropuerto, hace unos 8 años. La elección de un elenco altamente convocante es
el mejor gancho de esta comedia pasatista, con moraleja y moralina incluidas,
tibio argumento y flacos parlamentos (la frase “mi familia es una bosta”
identifica a uno de los personajes). Son Blum Valenzuela, Dopazo y las más
nuevas Mitre y Sautu Riestra quienes pelean con los diálogos, le ponen el
cuerpo (aún con alguna exageración de parte de la siempre excelente Betiana
Blum) a frases hechas y estereotipos televisivos, sacando adelante una comedia que,
de no ser por ellas, sería un rotundo fracaso.
La
escenografía es plana. Un texto vodevilesco sin puertas y con dos salidas
laterales se ahoga en el escenario. Las actrices están sentadas en un
preembarque, frente al público, con excepción de María Valenzuela que lo hace
en asientos laterales y Sautu Riestra en un asiento ubicado atrás. Da sensación
de escenografía con tinte egipcio, según el certero comentario de un colega.
La
falta de dicción de las actrices, a excepción de María Valenzuela y Betiana
Blum, en ese orden, hace que, en las filas traseras de la sala sean inaudibles.
Cecilia Dopazo recita de memoria y casi sin expresión sus líneas. Una voz
pequeña, finita, que debe ser mejorada. A Esmeralda Mitre y Erika de Sautu
Riestra les hace falta expresividad menos convencional. Y destacamos, por si fuese necesario, las actuaciones de las mencionadas: Betiana Blum en un grotesco excelente y María Valenzuela es la dama exquisita, siempre estupenda.
Las
mujeres tienen adicciones a algo. Betiana Blum a Julio Iglesias y viene de un
estrato social semitumbero, frente a una por demás exquisita María Valenzuela, madre
adicta a su hijo varón; Cecilia Dopazo encarna a un ama de casa de clase media
alta adicta a su marido, Esmeralda Mitre se pone en el papel de una hija
castrada por su padre por quien siente una fuerte adicción, mientras que Erika
de Sautu Riestra es la amante adicta a un amor sin futuro de un hombre cuyo
apelativo provocará un chispazo y dramatismo.
El
planteo de Carnevale y los coautores es que estas mujeres se encuentren
obligadamente en un lugar y allí deban conocerse y así entrelazar historias o
bien adicciones afectivas. Como decíamos al comienzo, el elenco es altamente
atrapante convirtiéndose en el gancho de esta comedia.. Escasa
elaboración de personajes, trazados lineales de problemas psicológicos
profundos, y una banalización de la compleja psiquis femenina, caracterizan a
este texto que es taquillero por quienes están protagonizándolo. Sin duda alguna, trabajar en televisión tiene su lado bueno pero
contagia tics insalvables para el cine y el teatro: la escenografía está
dispuesta para las cámaras y los diálogos son remanidos e insulsos propios de
las telenovelas. Nada de lo que decimos puede afectar la taquilla gracias al
elenco que Carnevale supo elegir.
Elsa Bragato