BALANCE TEATRO 2011.
He aquí nuestra auditoría 2011 sobre las obras de teatro que se ofrecieron en Buenos Aires. Autores clásicos para el público porteño y nuevos géneros. Calculamos unas 311 obras sin contar con la variedad de propuestas de los Centros Culturales de toda la ciudad cuyas respectivas carteleras ofrecieron desde tango hasta flamenco, festivales de danza, y poesía, con figuras de gran nivel artístico. O sea que bien podemos redondear en más de 400 obras, teniendo en cuenta, aunque sin sumarlos, Teatro por la Identidad, Teatrísimo por la Casa del Teatro, así como la programación del Complejo Teatral Buenos Aires que incluye a los teatros Alvear, Regio, San Martín, de la Ribera y Sarmiento.
En líneas generales encontramos nuevos géneros tales como la “comedia ecológica” y “el musical apocalíptico”, sumado a varios “diálogos imaginarios” enfrentando al teatro comercial y a las producciones colectivas y multidisciplinarias que fueron el fuerte de este año. También reapareció el “rubro histórico”, en un caso rememorando la última trágica dictadura militar, luego la historia de Bolívar y también la de Eva Perón.
El unipersonal batió records así como el “stand up”, pocos artistas muchas veces o uno solo para atraer al público con menos costos. Y buenas propuestas. El artista que más se lució en este género fue PABLO ANGELI con El show de la Improvisación, Careta e Improvisa que da Miedo. Los musicales también tuvieron mucho “stage” y estuvieron los clásicos de siempre dentro de los autores nacionales y extranjeros. Veamos.
En “stand up” se vieron, como dijimos, a Pablo Angeli, Cecilia Rossetto y su Concierto Amoroso, Yo una historia de amor con Diego Reinhold, sumándosele Quiero la gracia, Convención, Rosa Brillando, Perderte otra vez, Campi el unipersonal, Cómico 5 con Wainraich y Peto Menahem, La Suplente, Varietales, El hipnotizador, Yo quiero ser, Desde el Alma, Lamérica, Acá no se fuma de Pepe Cibrián Campoy, Perdón por ser tan puta, Yo Jamandreu mi vida con Evita, Ya sé que te gusta el whisky, entre otros.
El género musical tuvo honrosas y memorables expresiones como Drácula El Musical 20 años y La novicia Rebelde. Se le sumaron Ocatonga, Esperando la Carroza, Embajada de amor, Sádica!, Dijeron de mí con Virginia Innocenti, Concha del Río Cabaret, Chicago, Bien de Tango, el Patio de la Morocha con Susana Rinaldi, Eh… no sé cómo decirlo, Narciso Opera Rock, Just Love, entre otras producciones, sin contar las obras que se ofrecieron en restó.concerts y lugares pequeños, siempre con buena afluencia de público.
Los éxitos estuvieron en La revista de Buenos Aires, ya instalada en Mar del Plata, y en el music hall Smile. Pero sin duda, Toc-Toc fue la puesta que más galardones se llevó y que también está en la Costa Atlántica. Sumamos más nombres y títulos: Tengo más corazón que voz, con Edda Díaz, Vuelo a Capistrano de Carlos Gorostiza (un éxito), Taxi I con Daniel Fanego, La guerra de los Roses, Cuando Harry conoció a Sally, La celebración, El anatomista de Andahazi, Los invertidos, Las d’enfrente con China Zorrilla, Como arena entre las manos con Ana María Cores, Yo adivino el parpadeo con Carolina Papaleo, así como el regreso de una obra del recordado Hugo Sofovich, Departamento por un día. Le sumamos Paciente Jabalí del teatro off que logró excelentes críticas.
Oscar Wilde es un favorito de nuestro público y estuvo presente con La importancia de llamarse Ernesto, El fantasma de Canterville y Oscar Wilde, sobre su obra y su vida.
Griselda Gambaro también apareció con Almas y Antígona Furiosa.
Chejov, infaltable en la cartelera porteña, fue un autor muy transitado como Shakespeare: Recuerdos Falsos sobre La dama del Perrito, La boticaria y Los hijos se han dormido.
Shakespeare no faltó a la cita y se disfrutó de versiones sobre sus obras en Caer en el amor, Hamlet, y el Festival Shakespeare, entre otras puestas.
Moliére regresó con Las picardías de Scapino y El burgués gentilhombre, mientras que Beckett tuvo su VI festival porteño, además de Mi cabeza es una jaula y Margaritas en la ventana, muchas veces versiones sobre sus obras originales.
T. Williams es otro favorito nuestro así que El zoo de Cristal lo trajo a escena. Ionesco también con El rey se muere, así como Arthur Miller con El precio, y Albert Camus con El malentendido.
Büchner estuvo con Woyzeck, un clásico mientras que Lope de Vega con El castigo sin venganza, George Feydeau regresó con La pulga en la oreja en una excelente versión con Julia Calvo, mientras que Tomas Mann lo hizo con La última pieza, y los hermanos Discepolo con El Organito. De Armando Discepolo se ofreció Mateo.
José María Muscari volvió al teatro con Shangay, mientras que Susana Torres Molina lo hizo con Estática y Extraño Juguete. Javier Daulte estuvo con Dos Mujeres, fusión de dos obras suyas, mientras que Rafael Fernández R. lo hizo con “Fragmentos”, textos y puestas suyas, como Daniel Loisi con Lote 5487.
Los textos antiguos tuvieron versiones y originales también: Sófocles estuvo con Yocasta, mientras que el Antiguo Testamento fue “versionado” en Jungla.
Osvaldo Dragún fue recordado con Historias para ser contadas mientras que Mauricio Kartún estuvo con Ala de criadas.
Federico García Lorca tuvo su versión musical en el Teatro Avenida durante febrero de este año, a diferencia de otros años donde se realizaron versiones de varias obras suyas especialmente en el off.
El teatro nórdico no faltó: Winter, de J. Fosse y La señorita Julia de Strinberg fueron sus exponentes.
Hablamos al comienzo de “diálogos imaginarios”, un género que se viene imponiendo. En esta oportunidad tuvo “Borges y Perón juegan al truco”, con éxito, El león de la Metro representando a Trotsky y Frida Kahlo (se conocieron), Con todo respeto en homenaje a Niní Marshall, y Bastarda sin nombre, sobre Eva Perón. “Borges” fue también un acercamiento y homenaje al escritor de R. García.La “comedia ecológica” fue “Residuos”, de Juan Freund, mientras que el “musical apocalíptico” se tituló “Cuando callan los patos”.
La temática homosexual volvió a escena pero en menor cantidad que el año pasado: Fugu y Chat fueron las dos puestas. El grotesco estuvo con Jodatango.
Y no queremos olvidarnos de Pinky, que regresó a las tablas, ni de la danza encarnada por Maximiliano Guerra, Iñaqui URlezaga y la despedida de un año que inició Eleonora Cassano, entre tantos otros artistas del género.
A este listado tan incompleto hay que sumarle los numerosos espectáculos musicales del N/Ateneo y del reabierto teatro SHA, de SADAIC y el Luna Park, entre otras salas y entidades. En el caso del N/Ateneo nuestro querido y recordado Facundo Cabral dio allí su último recital el 18 de febrero y allí fue velado luego de ser asesinado en Centroamérica. Rescatamos el regreso de César Banana Pueyrredón a la capital con su recital en el Sha y los innumerables conciertos de Ricardo Montaner, Charly García, y la centenaria Nelly Omar, sin mencionar los festivales de jazz, la presentación de Virus y sus 30 años con el rock, entre tantos otros artistas.
Buenos Aires es la capital del teatro en Sudamérica y seguramente la segunda en el mundo.
Elsa Bragato