LA PASIÓN DE LA
AMISTAD
(LO EXQUISITO AL SERVICIO DE LA ESCENA)
(LO EXQUISITO AL SERVICIO DE LA ESCENA)
NOCHES ROMANAS
DE FRANCO D’ALESSANDRO
VERSIÓN Y DIRECCIÓN DE OSCAR BARNEY FINN
CON VIRGINIA INNOCENTI Y OSMAR NÚÑEZ
La obra de Franco D’Alessandro
sobre la amistad de dos grandes conmovió a Oscar Berney Finn y logró una
versión estupenda de la relación tempestuosa y fraternal entre la gran Anna
Magnani y el escritor norteamericano Tennessee Williams, quienes se conocieron
en 1950 en Roma. El cine los unió en “La rosa tatuada” y “El hombre de la piel
de serpiente”, así como, con el correr de los años, la decadencia, la muerte de
los seres queridos y el dolor de la etapa final de sus vidas.
La puesta de Oscar Barney Finn es
exquisita desde la paleta de color elegida, los colores pasteles bien claros,
hasta la escenografía, que cumple con los requisitos de los personajes. Nada
hay puesto sobre el escenario que no tenga un objetivo. Estos detalles dan
armonía y solidez que luego se trasladan, se suman, a la dirección actoral
elegida: dos seres antagónicos, la pasional Magnani contenida por el amoroso y sufrido
Williams. El balcón sobre la ciudad de Roma, la mesita con los whiskies, y los
dos atriles uno a cada costado del escenario (así como dos sofás y almohadones)
nos resuelven las noches mágicas y turbulentas de estos dos grandes personajes
de la historia literaria y cinematográfica.
Osmar Núñez logra un Tennessee
Williams de modales contenidos que encuentra en el fuego de Magnani el cauce
necesario. Virginia Innocenti, por su parte, se adecua a la morosidad de su
gran amigo atenuando sus impulsos (o dejándoselos atenuar). Es conmovedora la
escena del beso que oscila entre lo fraternal y lo pasional, por ejemplo. Así
como, en la media hora final, Barney Finn sacude la ternura en la que sus
personajes se mueven para precipitarlos hacia una relación menos contenida, ni
uno ni otro se sostendrá mutuamente en su emoción. Es aquí donde el espectador también
los acompaña en esa pasión de amigos abierta, explícita, y donde la obra gana
su gran clímax emotivo.
Diferente, enriquecedora, “Noches
romanas” nos mete un mundo desconocido, el de una amistad prácticamente
desconocida, retratada por un autor italiano, con actuaciones brillantes que
palpitan hasta que el estallido se hace inevitable. Una gran puesta.
Elsa Bragato, julio 2013.