EL CAZADOR Y EL BUEN NAZI
De Mario Diament. Con Jean Pierre Noher y Ernesto Claudio, voz de Gabriela Licht. Vestuario de Daniela Taiana. Escenografía de Héctor Calmet. Iluminación de Miguel Morales. Musicalización de Jean Pierre Noher. Vestuario de V. Hlavadskyy. Producción ejecutivo de Mauro ¨Pérez y Alberto Teper. Diracción de Daniel Marcove
XXXXX – UNA OBRA QUE TRASCIENDE LOS TIEMPOS
El cazador y el buen nazi, del periodista y escritor Mario Diament pega fuerte en el corazón y en el recuerdo.
La obra es un duelo actoral sostenido entre Jean Pierre Noher como el cazador de nazis Simon Wiesenthal y Ernesto Claudio como Albert Speer, el ex ministro de armamento de Hitler. Se encuentran en las oficinas de Wiesenthal, en Austria, produciéndose un enfrentamiento de dolor e impotencia contenidos: cada uno de ellos quiere saber del otro, ha sido una espera larga como una herida en el alma para uno y un peso kármico en el otro.
¿Qué los mueve para permitirse ese encuentro? Wiesenthal como sobreviviente de los campos de concentración y Speer, habiendo purgado 20 años de cárcel, tienen preguntas que hacerse: por qué uno no mata por dolor, por qué el otro sobrevive a la culpa. Es atrapante este andarivel de emociones que se alternan en uno y otro personaje, hasta transformar esa charla forzada, amenizada con un viejo licor y sostenida por la ironía de Wiesenthal, en una suerte de interrogatorio judicial. Datos de uno y otro, lo oculto de uno y lo falaz del otro, la exageración en el relato, producen pequeños conflictos continuos hasta llegar al grito destemplado del alemán que intenta acallar su sinrazón de la única manera que sabe, la brutalidad.
La obra se ciñe a un momento histórico, pero tiene el poder de la trascendencia temporal, de ser de entonces y de ahora, de poner sobre el tapete la amenaza de los poderosos sobre una Humanidad cada vez más endeble. Desde lo formal, el director Daniel Marcove logra una utilización espacial lúcida que permite fluir la historia, mientras que desde lo conceptual la obra de Diament nos ubica en el aquí y ahora. Respecto de las actuaciones, Jean Pierre Noher transmite viceralmente ese dolor de quien sufrió el nazismo a través de un trabajo donde la ironía y la ternura se dan la mano, siendo cálido y a la vez enérgico, mientras que Ernesto Claudio encarna a un adusto nazi, que el “buen actor” transmite a través de una profunda gestualidad, de fría sonrisa. Es muy valiosa la escena en la que Noher canta, golpea el alma y obliga a sostener las lágrimas.
“El cazador y el buen nazi” dura poco más de una hora permitiendo, por un lado, disfrutar de dos grandes actores, y, por otra parte, recordarnos que el “nunca más” es un axioma a cumplir a rajatabla. No se la pierda!
Elsa Bragato
Actoresonline.com