EL SENTIDO DE LAS COSAS
OBRA DE SANDRA FRANZEN.
Con Víctor Laplace, Gastón Ricaud, música de Gonzalo Domínguez, dirección de Andres Basalo. Centro Cultural de la Cooperación.
XXXX – VERSIÓN MINIMALISTA DE NOTABLE ATRACTIVO
El teatro sigue siendo nuestro lugar de resistencia espiritual. Y teatro no falta en Buenos Aires. En este caso, vimos “El sentido de las cosas”, de la dramaturga Sandra Franzen, quien ubica a dos personajes en el río Paraná, un poeta reconocido y hosco a la vez que encarna Víctor Laplace y un empleado administrativo que debe ir hasta el alejado lugar donde está el poeta a entregarle los documentos que acreditan el homenaje que se le hará. Pero repentinamente se produce una crecida en el río Paraná que dejan a mitad de camino al empleado y bajo la visión del poeta, un tanto enfurecido por esa persona que está por ahogarse en mitad del río, sin saber que quiere verlo.
La unión de ambos se produce de manera poco amigable, dado el mal carácter del poeta que, no obstante, echa mano a la palabra, que tan bien maneja, para impulsar en el joven otro sentido a su vida. O sea el arte como medio de crecimiento espiritual, como forma de vida, es lo que trasunta la relación que, finalmente, logran mantener el poeta y el joven administrativo.
La puesta es de un excesivo minimalismo. Tan solo una mesa con dos escaleras de dos escalones cada una, movibles, y, en medio de las sombras del amplio escenario, apenas recortada la figura del acordeonista, que actúa en vivo. Su música acompaña a manera de banda sonora el diálogo intenso del poeta y el joven administrativo.
Pero este minimalismo de pronto se pierde, solo nos alcanza la potente y clara voz de Víctor Laplace que demuestra, una vez más, que el teatro le va como anillo al dedo. Con su notable experiencia profesional, Laplace recorre una gama de expresiones que van desde el fastidio hasta cierto sentido paternal, mientras que Ricaud se muestra sensible, permisible a la palabra del poeta, además de admirador de su arte.
De pronto los espectadores sentimos que estamos en el rio Paraná, sufrimos porque el joven se puede ahogar, respetamos al poeta pero le reprochamos su hostilidad: es la magia que crean los actores, es la magia del teatro. Estamos viviendo al ritmo de los dos personajes. Estamos no en una platea sino en el río Paraná, nadando con nuestra imaginación al lado del poeta mientras tratamos de salvar al joven de la arremetida de las aguas.
“El sentido de las cosas” es una obra fuera de lo común porque plantea lo que no vemos, el mundo sensible, el del espíritu, el del arte. Las actuaciones de Laplace y Ricaud hacen el milagro de este ensueño de una hora, donde podemos restañar el alma con diálogos cargados de una humana cotidianeidad pero, esencialmente, del arte de la actuación.
Elsa Bragato, Actoreosnline.com
